annoyomics Últimamente me ha dado por leer libros de gente famosa. Corrijo, de gente que es famosa por motivos de los que yo no estaría del todo orgullosa. Llegó a mis manos gracias a la recomendación de uno de mis más admirados profesores, Miguel Angel Acera, cuyo blog sobre tecnología, cachibaches varios y experimentos relacionados con el Social Media es un verdadero éxito.

Mil veces en el Master hemos hablado de cómo conseguir notoriedad y visibilidad en los medios. Pues bien, de eso va este libro de Risto Mejide, de ganar dinero molestando. Pero cuidado, no entendamos mal la palabra molestar. Una de las máximas de este publicista es «Si cuando hablas nadie se molesta, eso es que no has dicho absolutamente nada«. Y no podría estar más de acuerdo con él. Desde que comencé mi carrera de periodismo, el 90% de la gente que me dio clase intentó inculcarme aquel: «el buen periodista es el que molesta, el que incomoda«. Si trasladamos todo esto a la publicidad, obtenemos la combinación perfecta, porque además ganamos dinero.

Puede que haya cosas, por malvadas, en el peor sentido de la palabra, en las que no esté de acuerdo con él. Pero en esencia el libro me parece una tesis que debería ser obligatorio estudiar en todas las facultades de comunicación del mundo, no sólo en las de publicidad. La molestia dirigida,  bien entendida y bien utilizada es una de las claves del éxito en una sociedad que vive sobre informada.

Me ha gustado sobre todo por una cosa: los ejemplos. Cada afirmación que hace, cada sentencia, está acompañada de su correspondiente caso real en el que se demuestra que lo que nos está contando no es fruto de su brillante imaginación. Y creedme, os sorprendería saber la infinidad de campañas publicitarias que tenían como objetivo claro molestar aunque no nos lo cuenten. También hay casos al revés, que tuvieron éxito molestando sin tener la intención de hacerlo. Pero desde luego cada caso es mejor que el anterior. Y sin darte cuenta, terminas el libro con ganas de molestar. Ya me lo advirtió Miguel Angel, que después de leerlo me iba a volver un poco más traviesa, y es verdad, porque ya estoy intentando aplicar el método Annoyomics en mi vida personal y profesional.

En los últimos tiempos me he hecho con tres de sus libros y, de momento, y aunque me moleste reconocerlo, ninguno de ellos me ha decepcionado. Ya os hablaré de los demás en futuros post pero, de verdad, dejad los prejuicios a un lado y dadle una oportunidad a este hombre con gafas de sol que tantos momentos para la posteridad ha dejado en el mundo de la televisión, y que, para mí, ha resultado ser un genio.

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